Tanto el modelo híbrido como el teletrabajo han traído consigo mejoras tanto para las propias empresas como para los empleados. En estos años, las organizaciones han tenido que cambiar la forma en la que realizaban algunas tareas, como es el caso de la gestión del rendimiento, mucho más difícil ahora que no se opera en entornos completamente físicos.
Aunque los líderes y personal de recursos humanos de una organización poseen datos de rendimiento sobre los empleados que se evalúan, la metodología ha cambiado. En la actualidad se han incorporado una serie de parámetros y se han abandonado otros para tener una aproximación más clara dadas las circunstancias actuales.
En resumen:
- La gestión del rendimiento realiza evaluaciones frecuentes sobre el desempeño de los empleados de una organización.
- El proceso se basa en tres fases: planificación, monitorización y evaluación.
- Más allá de la mejora de los beneficios empresariales, sirve para mejorar la productividad e identificar y retener el talento.
- En la actualidad el proceso se apoya en tecnologías y soluciones digitales para automatizar parte de la metodología.
¿Qué es la gestión del rendimiento?
Es un proceso sistemático y continuo que permite mejorar la eficiencia y eficacia de los trabajadores de las organizaciones. Realiza una evaluación regular de las competencias y habilidades de los empleados. De esta forma, hace posible:
- La identificación de oportunidades de mejora.
- La asignación de objetivos y metas claras.
- La creación de un flujo de retroalimentación.
- El desarrollo profesional de los miembros de la organización.
El principal objetivo de la gestión del rendimiento es maximizar el potencial de los empleados y el éxito de la organización a largo plazo. En el horizonte está presente el crecimiento escalable de la empresa y hacerla más resistente ante posibles crisis.
Los primeros sistemas formales de gestión del rendimiento datan de la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto armado, los ejércitos realizaban informes sobre cada uno de sus soldados para evaluar sus capacidades y establecer la forma en las que eran más útiles para el grupo.
¿Cómo realizar una gestión del rendimiento?
Todas las organizaciones que aspiran a mejorar su productividad realizan una gestión del rendimiento. Esta no solamente les permite tener una visión de conjunto sobre la actividad que desempeñan, sino que también revela problemas que podrían estar ocultos a ojos de quienes se encargan de tomar decisiones.
El proceso se estructura en tres etapas bien diferenciadas: planificación, monitorización y evaluación. En su concepción, puesta en práctica y seguimiento hay que tener en cuenta:
- Objetivos. Estas metas establecidas deben de ser claras, medidas y alcanzables para cada empleado o departamento.
- Evaluación continua. Un seguimiento regular y objetivo del trabajo de los empleados. En el proceso se establece un proceso de retroalimentación positiva y constructiva.
- Comunicación. De cara a los empleados, hay que mantener un contacto continuo, abierto y bidireccional. Hay que poner sobre la mesa tanto lo que se hace correctamente, como los puntos de mejora.
Las empresas deben asegurarse de que los trabajadores son conscientes de sus responsabilidades y expectativas sobre su desempeño, ya que según un informe de Gallup, solo la mitad de los empleados las conoce.
- Desarrollo profesional. Hay que brindar oportunidades de crecimiento y desarrollo a los empleados, permitiéndoles adquirir nuevas habilidades y conocimientos.
- Reconocimiento y recompensas. En línea con el punto anterior, es preciso reconocer y recompensar a los empleados que contribuyan al desarrollo de la empresa.
- Monitoreo. Consiste en el control periódico de los resultados de las personas y equipos, realizando ajustes cuando sea necesario en base a los mismos.
- Compromiso. La gestión del desempeño busca fomentar el vínculo de los empleados con la empresa y su misión, motivándolos a alcanzar sus objetivos y mejorar su rendimiento.
El objetivo final de la gestión del rendimiento no es la mejora de los beneficios empresariales. El fomento del talento y el aumento de la productividad son el foco que se debe mantener al realizar esta tarea. Esta idea toma valor si se tiene en cuenta que según LinkedIn Learning el 56% de las empresas está luchando por retener su talento.
Un problema muy frecuente en las organizaciones es que la definición de objetivos y las evaluaciones se realiza solo de forma anual. Este método no solo hace que algunos problemas tarden en poder ser identificados, sino que el compromiso de los empleados es menor que si se realiza con más frecuencia.
¿Cómo hacer una gestión del rendimiento en modelos híbridos y remotos?
El hecho de que la presencialidad en las oficinas no sea obligatoria en muchas organizaciones también ha cambiado la forma en la que se hace la gestión del rendimiento. El enfoque ha cambiado y los datos en los que se basa esta labor son más objetivos que nunca, al apoyarse en la tecnología para hacerlo.
De cara a los empleados que se acogen a estos modelos es fundamental reforzar la comunicación. Hay que asegurarse de que estos estén al tanto de los avances, necesidades y cambios en la organización para que puedan disponer de toda la información posible que incide en su trabajo.
En este nuevo escenario cobra vigencia el software para la gestión del rendimiento. Contiene gran cantidad de datos sobre el desempeño de los empleados y está integrada con otros programas que son fuente de información. Estas soluciones están normalmente manejadas por el departamento de Recursos Humanos y permiten:
- Reconocer más fácilmente el talento dentro de una organización.
- Evitar pérdidas al identificar sistemas o prácticas ineficientes.
- Establecer sistemas estandarizados para la compensación, promoción y finalización.
- Incapacidad para demostrar que estas decisiones se justifican legalmente
Los sistemas actuales hacen uso de Inteligencia Artificial, machine learning y de la nube para optimizar el proceso. Estas tecnologías facilitan la recopilación, proceso y análisis de grandes cantidades de datos necesarios para una correcta evaluación del rendimiento.
Estas herramientas permiten monitorizar datos en tiempo real, evitando los informes anuales para poder actuar. Los sistemas de gestión del rendimiento proporcionan un feedback completo y continuado a todos los miembros de la organización.
Al contar con las KPIs (Keyword Performance Indicators) de cada empleado, es posible realizar una autoevaluación. De esta forma, sabrá si está cerca de conseguir sus metas o si, por el contrario, debe esforzarse más por conseguirlas.
Hoy en día el proceso de gestión del desempeño es más informal que antes de la pandemia. La interacción entre líderes y equipos es más frecuente y el seguimiento de los logros y problemas es más fácil que nunca debido a la gran cantidad de herramientas que los recopilan y analizan.
Controlar para fidelizar el talento
La gestión del rendimiento es un proceso por el cual una organización establece objetivos para sus empleados, los monitoriza y evalúa. Tradicionalmente, se han limitado a informes anuales sobre el rendimiento, pero la tecnología actual permite hacer un seguimiento en tiempo real para actuar rápidamente.
La meta de este proceso no es la mejora de la cuenta de resultados. El objetivo fundamental es la fidelización de los empleados y la identificación del talento interno. Estos sistemas permiten fomentar oportunidades de crecimiento y desarrollo para los empleados más eficaces.
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